Lo cuenta el urólogo David B. Samad, con quien hablamos de una patología que este año provocará 28.000 casos de cáncer en España. La prevención es vital
La próstata es el talón de Aquiles de la salud masculina. Infecciones, crecimiento y cáncer son los tres problemas que puede presentar esta glándula, sobre todo a partir de los 50 años, y aunque con la edad aumenta la posibilidad de que aparezca alguna de estas enfermedades, la juventud no está inmunizada contra la más grave, el cáncer. De hecho, algunos tumores comienzan a formarse en la década de los 20 años, aunque no se manifestarán hasta mucho tiempo después, advierte la Sociedad Americana Contra el Cáncer. En España, la Asociación Española contra el Cáncer estima que en 2015 se diagnosticarán cerca de 28.000 casos de cáncer de próstata, pero la mayoría de los afectados se curará. Anticiparse al enemigo es la mejor estrategia para minimizar su impacto. David B. Samadi (Irán, 1964), jefe de Urología y Cirugía Robótica del Hospital Lenox Hill, de Nueva York responde a las cuestiones imprescindibles que todos debemos conocer para cuidar la próstata.
Pregunta: ¿A qué edad hay que comenzar las revisiones de próstata?
Respuesta: Yo recomiendo a mis pacientes hacer una determinación del PSA (antígeno prostático específico) a los 40 años, porque la creencia de que el cáncer de próstata es de personas mayores, no es cierta. Entre el 10% y el 15% de nuestros pacientes son jóvenes que vienen con cánceres de próstata muy agresivos.
P: ¿Qué fiabilidad tiene este marcador?
R: El PSA no es la prueba más específica y no es tan buena como la mamografía para el cáncer de mama. Hay factores que pueden elevar su valor, incluso tener relaciones sexuales antes de realizar la prueba, pero antes de la era del PSA veíamos a hombres que llegaban a nuestras clínicas con cánceres muy agresivos y con metástasis. Ya no vemos tantos casos como esos y la razón es que el PSA ha reducido la mortalidad en el 30-40% de los casos. En el futuro, tendremos pruebas más específicas, pero hasta entonces no deberíamos dar la espalda al PSA, sabiendo que no es la mejor prueba del mundo pero es la que tenemos ahora.
P: ¿Cada cuánto tiempo hay que acudir al urólogo?
R: A los 40 años hacemos el PSA de base (de referencia), y si es normal (menos de 1,5) y el varón no tiene factores de riesgo añadidos (como antecedentes familiares de cáncer de próstata), no tendrá que volver hasta los 45 años. Les digo a mis pacientes que hay que tener el PSA al día para comprobar la velocidad de incremento y así determinar precozmente si hay algún problema.
P: ¿Qué análisis hay además del PSA?
R: El PHI (prostate health index) es más específico que el PSA y es una combinación de diferentes pruebas. Otro test es el examen de orina PCA3, que es muy sencillo y no es muy específico, pero sí nos ofrece más información.
P: ¿Cuándo hay que pasar a la acción terapéuticamente hablando?
R: Nunca hay que fiarse de una sola prueba. Si solo hay un PSA elevado, nunca hay que actuar por ese valor. Tal vez haya que administrar algún tipo de tratamiento (por ejemplo, antibióticos), ver el tamaño de la próstata, comprobar con resonancia magnética si hay lesiones en la próstata, analizar el riesgo de cada paciente…. Es un trabajo de detective. Ningún cirujano debería intervenir basándose en el resultado de una sola prueba. Hay que ver el conjunto para tomar una decisión. También utilizamos análisis genéticos y hacemos biopsia para decidir quién debe pasar a cirugía y quién no. Cada vez somos más finos a la hora de tomar las decisiones.
P: ¿Qué tipo de cirugía ofrece mejores resultados: la clásica (abierta) o la robótica?
R: La que el cirujano domine. En mi caso y por mi formación (primero oncólogo y después cirujano), tengo experiencia en todos los tipos de cirugía, pero teniendo en cuenta el nivel de precisión de la robótica, nunca abriría a un paciente [Samadi ha intervenido a más de 6.000 pacientes con cirugía robótica]. En 2015 el debate cirugía abierta versus robótica ya está acabado. El robot nos permite ver el campo quirúrgico en 3D, evita el temblor del cirujano y permite acceder a zonas muy profundas que antes no eran accesibles. Sin embargo, la cirugía robótica en manos inexpertas es muy peligrosa.
P: ¿Afecta la cirugía a la continencia urinaria y a la función sexual?
R: Mi experiencia con la cirugía robótica es que la continencia se mantiene en el 95% de los pacientes y la función sexual en el 80%. Esta parte también repercute en las mujeres, por eso decimos que la próstata afecta al dormitorio.
P: ¿Cómo se puede mejorar la concienciación de los hombres sobre su salud prostática?
R: Son las mujeres las que en la mayoría de los casos conciencian a sus parejas. EL 70% de las decisiones de salud las toman ellas. Por eso hemos promovido la campaña Women for prostat health: para que nos ayuden. En Estados Unidos, algunos urólogos antiguos se resisten y si fuera por ellos nadie haría screening (programas de control para la detección temprana), porque cuesta dinero, pero es un esfuerzo muy importante y puede marcar una diferencia enorme.
P: ¿Cómo influyen los estilos de vida en los cánceres urológicos?
R: El tabaquismo es responsable del 80% de los tumores de vejiga y de más de un tercio de los de riñón. En EE. UU. han bajado las cifras de cánceres de vejiga y riñón por la concienciación sobre el consumo de tabaco. También se está informando sobre el papel de la dieta (se habla mucho en los medios de comunicación), y aunque poco a poco, hay cambios a mejor. En cuanto al cáncer de próstata, hemos aprendido que la vitamina E y el selenio no son buenos.
P: ¿Cuáles son las pautas de buena vida urológica?
R: Determinados alimentos, como el tomate y las fresas, son buenos por su contenido en licopeno. La alimentación saludable (rica en vegetales y pobre en grasas) se debe acompañar de abandono del consumo de tabaco y ejercicio físico. Los hombres, y también las mujeres, deberían hacerse una revisión urológica a partir de los 40 años y a partir de ahí seguir las indicaciones de su médico.